Desde que recuerdo siempre me han gustado las agendas, poder organizar los compromisos, reuniones, proyectos, estudios y hasta frases. Esto es algo que me gusta plasmar en papel e incluso suelo revisar las agendas de años anteriores para intentar captar esa que fui en el pasado y los temas que consideré eran importantes y por tanto quedaron registrados.
Reflexionando sobre este tema me doy cuenta de que buscamos organizarnos diariamente con la casa, los hijos, el trabajo y las actividades sociales; incluso en esta era digital estamos permanentemente conectados al calendario para que no se nos pase nada por alto.
Y en este organizarnos diariamente para Hacer (para otros y con otros), no consideramos lo realmente importante: que somos un alma que tiene un cuerpo que vino a Ser y a experimentar en un cuerpo humano aquí en la tierra.
Si bien es cierto que como seres humanos buscamos conectar, relacionarnos y conocer de qué va el mundo, la mayor parte del tiempo y transcurso de la vida no tomamos en cuenta lo que está en nuestro interior (el alma), por lo que terminamos gastando nuestros días, meses y años en momentos que no estamos seguros si de verdad elegimos nosotros o si lo estamos viviendo porque los demás esperan que lo hagamos (creencias adquiridas).
Para que nuestro camino sea único e individual, es esencial hacer consciente que somos más que el cuerpo y la mente, e incorporar conscientemente al alma para empezar hacer desde el Ser.
Cuando dejo que mi alma me guíe, vivo más auténticamente la experiencia y puedo tener más claro cómo quiero organizar realmente mi tiempo, en qué y en quiénes lo quiero invertir, porque el tiempo que vivimos en la tierra, y en este cuerpo, es finito y no se detiene.
Hacer más consciente nuestra alma tiene un proceso interno y no es inmediato. Por eso te comparto algunas sugerencias para iniciarlo.
La auto-observación: mirar diariamente cómo nos sentimos, cómo reaccionamos ante diferentes situaciones y personas, cómo pensamos de nosotros mismos nos va ir ayudando a identificar qué es lo que realmente es mío y lo que solo es un aprendizaje o reacción adquirida de otros.
Incluir tiempo en tu calendario para actividades que nos conecten con nuestro interior, como por ejemplo caminar, contemplar la naturaleza, meditar, escribir, pintar, hablar con nosotros mismos, oír música relajante o cualquier otra actividad que nos haga sentir bien y en paz después de realizarla.
Revisar tu agenda, evaluar todos tus pendientes y elegir desde lo que sientes que quieres hacer y no hacerlo por compromiso con otras personas que no sean importantes para ti. Eres tu prioridad.
Cada paso que damos hacia adentro nos acerca a quién realmente somos y todo se va organizando a lo que queremos experimentar individualmente como seres humanos.