Normalmente los círculos de apoyo los recomiendan para sobrellevar situaciones difíciles, como enfermedades crónicas, discapacidades físicas, hábitos nocivos, o desórdenes emocionales; pero, es importante contar con círculos de apoyo o de confianza en todo momento de la vida.
Una red de apoyo, círculo de apoyo o círculo de confianza, como queramos llamarle, es un espacio de conexión con una o más personas comprometidas a aprender y crecer juntas, compartiendo información y experiencias, libre de prejuicios. Los elementos indispensables de estos círculos son: la confianza, la confidencialidad, la comunicación abierta y honesta, y reunirse con frecuencia determinada.
Michelle Obama, ex primera dama de los Estados Unidos, en su libro Con Luz Propia habla de su “mesa de la cocina” (kitchen table) o su círculo de confianza como un grupo de amigas que ha formado con el tiempo, y que llegaron a ella en diversos momentos de la vida. Este grupo se sienta alrededor de la mesa de la cocina con frecuencia para conversar de temas de interés libres de filtros y prejuicios. Durante los años que estuvo en La Casa Blanca, este círculo hacía una especie de retiro anual donde el punto central estaba en salir de la rutina y reconectar, enfocándose en compartir tiempo juntas bien fuera haciendo ejercicio o alrededor de una mesa llena de jugos, quesos y frutas para hablar por horas de cualquier tema, libre de críticas, limitaciones, y sin disculparse por expresarse y ser auténticas.
Tener un círculo de confianza no solo ayuda a sobrellevar momentos difíciles, sino que también puede ayudarte a tener sentido de pertenencia, a obtener otras perspectivas de la situación que enfrentas, reconectar contigo misma, salir de tu zona de confort, animarte a conseguir tus objetivos, obtener cambios positivos en tu vida, y desarrollar nuevas habilidades. Es decir, los círculos de apoyo son fundamentales para tu bienestar.
Pero, ¿puede cualquiera pertenecer al círculo más íntimo de confianza? La misma Michelle Obama explica que con el tiempo algunas personas han entrado y salido de su círculo de confianza; por eso es importante entender que puede haber varios niveles de confianza o varios círculos, y las diferencias entre cada uno.
El Primer Círculo: Se trata de la(s) persona(s) con la(s) que cuentas incondicionalmente y a quien(es) le(s) dirías absolutamente todo, esa primera persona a quien llamarías en cualquier situación (feliz o de emergencia). Por cierto, no siempre se trata de un familiar o pareja.
El Segundo Círculo: Suelen ser personas con quienes también puedes ser auténtica y en quienes te puedes apoyar en situaciones difíciles, pero a quienes no les contarías absolutamente todo.
El Tercer Círculo: Son personas a quienes conoces y aprecias, con quienes compartes intereses, pero sin ser completamente incondicionales.
¿Y cómo identificamos nuestro círculo de confianza? Te lo resumo en estos breves pasos que me han ayudado a mí:
Dibuja tres círculos, uno dentro de otro, y comienza por el más pequeño. Piensa quién es la primera persona a la que llamarías si tienes una buena noticia que compartir o si tienes una emergencia. En el siguiente círculo, identifica a otras personas con quienes tienes una buena relación y podrían hacerte un favor ocasionalmente. En el último, incluye a todos aquellos con quienes tienes una buena relación, pero no les contarías un secreto o no les pedirías ayuda.
Busca la manera de nutrir las relaciones de cada círculo en la forma que más sentido tenga para ti. Por ejemplo, a los del primer círculo puedes comprometerte a verlos o hablarles semanalmente, mientras con los demás puedes comprometerte a enviarles un saludo ocasionalmente o verlos una vez al año.
Asegúrate de mantener actualizados tus círculos y contactos, revisando si alguna persona debe ser agregada, modificada, o eliminada de un círculo.