Solemos evitar a toda costa hablar sobre dinero con familiares o amigas, y mucho de esto tiene raíces generaciones atrás. Sin embargo, es fundamental que tomemos el control de nuestras finanzas para poder asegurar nuestra independencia, mejorar nuestra planificación a largo plazo, y formar una sociedad más igualitaria.
Desde el principio de los tiempos, quien se encargaba de proveer era el hombre, y por tanto siempre se ha considerado como la persona predeterminada a cargo del dinero y las finanzas familiares.
Además, por mucho tiempo la educación financiera y el mercado laboral eran exclusivamente para los hombres, lo cual generó la brecha salarial actual, y la percepción de muchas mujeres sobre las finanzas como un tema complejo e inaccesible para ellas generando miedos que aunados a creencias como la de que para ganar dinero hay que trabajar duro, han arraigado en nosotras limitaciones hacia la riqueza y sentimientos ligados al dinero como el sacrificio, la vergüenza y la culpa.
Pero, ¿por qué importa si nos encargamos del dinero o no? Porque conocer a fondo el movimiento de tu dinero, lo que debes, lo que ganas, lo que necesitas para cubrir tus gastos mensuales, etc. te ayudará a no depender de otros y así sentirte libre y empoderada, reduciendo el estrés que puede producir la incertidumbre de no saber cuánto dinero tienes o cuánto necesitas en una emergencia, y te permite planificar a más largo plazo lo que puedes hacer y cómo hacer que tu dinero se multiplique sin esfuerzo.
¿Qué alternativas hay para reducir el miedo y tomar definitivamente el control de las finanzas?
Comenzar a hacer un registro del dinero que recibes, las cuentas que tienes por pagar y tus gastos mensuales. Esto te ayudará a saber realmente cuál es tu patrimonio, con cuánto dinero cuentas, y dónde estás gastando de más para poder hacer ajustes.
Establecer tus metas financieras a corto y largo plazo. Por ejemplo, reducir la cantidad de dinero que gastas en comidas fuera de casa puede ser un objetivo a corto plazo que con el registro puedes ir monitoreando mes a mes. Mientras que pagar la deuda completa de tu tarjeta de crédito con ese dinero que ahorras después de la reducción de gastos en comidas puede ser tu meta a largo plazo.
Buscar información a través de profesionales certificados en materia financiera, grupos o comunidades para mujeres interesadas en finanzas, artículos, libros o cursos en línea que te permitan conocer más sobre las finanzas personales, desde lo más básico como la creación y manejo de presupuestos, hasta temas de ahorro e inversión.
Trabajar con una coach que te ayude a reconocer y ajustar tu mentalidad sobre el dinero.